Autoestima y Motivación

¿Reconoces tus defectos o señalas los de otros?

¿Sabes identificar y reconocer tus defectos? ¿Permites que una persona cercana a ti (tu pareja, tu hijo, tu madre…) te señale tus imperfecciones? ¿Tal vez señalas a otros sus faltas y te cuesta reconocer las tuyas?

No sé si te has dado cuenta que en esta sociedad en la que vivimos se exalta el “ego” de las personas ¿A qué me refiero con esto? Que en esa comparativa constante que llevamos a cabo día tras día con <los otros> para confirmar que nos encontramos dentro “del estándar social” (Aquello que está bien visto por la sociedad), damos mucha importancia a nuestras buenas cualidades y a nosotros mismos hasta el punto de considerar que somos superiores y más importantes que el resto de personas y vamos de arrogantes por la vida mirando a los demás por encima de nuestro hombro y tratándoles (y mirándoles) como si ellos fueran de una raza inferior.

¿Por qué pensar que el resto de personas son <menos que yo>? ¿Qué sucede con el ego?

El ego no ve más allá. Ciega a la persona al enfocarse en sí mismo… solo se ve a sí mismo. El ego es esa parte de nosotros que bien podía compararse con un <bebe egocéntrico> que solo se preocupa de sí mismo y quiere toda la atención y todos los halagos para él y eso le impide preocuparse por los demás y considerar y apreciar a los demás. De aquí nacen muchos trastornos de personalidad como – el narcisismo – esas personas que hacen girar sus vidas en torno a sus propias necesidades y deseos y carecen de empatía por los demás. (Profundizaré sobre esto en otro artículo).

El ego en verdad es un <falso yo>, te dice cosas en forma de pensamiento como: “Soy muy inteligente, más que el resto”, “Soy más importante que el resto, los demás son mediocres”, “Yo lo sé todo, éste no sabe de lo que habla”, “Yo no permito que nadie me ofenda así, ¡venganza! “, etc… El problema es que no lo analizamos sino que directamente nos lo creemos y actuamos como tal.

El ego busca ser reconocido y admirado, te hace exaltar “la persona tan especial que eres” y busca captar la atención de los demás resaltando todas tus virtudes muchas veces de manera exagerada e imaginaria y también nos hace sentir orgullosos incluso ante comportamientos que debería de avergonzarnos como manipular, mentir y traicionar a otras personas.

El ego busca ser reconocido y admirado. El alma sabe quién es y no necesita confirmación externa.

Frase de internet

Alimentamos al ego estando orgullosos de nuestra apariencia física (la tableta de chocolate y el culito de JLo), de nuestras posesiones (un cochazo, una casa enorme y costosa, etc), de experiencias como viajar por el mundo o haber comenzado a trabajar a los 12 años, o de conocimientos como poseer un titulo universitario. Nos pasamos tanto tiempo observando, alimentando y demostrando nuestras buenas cualidades que nos olvidamos de nuestros defectos.

Es más tenemos tendencia a señalar rápidamente los defectos y limitaciones de los demás pero no vemos (e incluso ocultamos) nuestros defectos e imperfecciones.

Te voy a poner varios ejemplos:

Ejemplo 1: Estás con tu familia o tus amigos y de repente piensas: “Este tipejo ¿de qué va? que me eleva la voz cuando no está de acuerdo con mi opinión ¡Será imbécil!” (tu sabiduría te respondería: ¿Y tú acaso no actúas de la misma manera o has actuado igual cuando alguien cuestiona tu postura y tú te aferras a ella como si fuera <la única verdad>?

Ejemplo 2: Estás en el trabajo y piensas: “Esta cabrona que me apuñala por la espalda…” (Tu sabiduría te preguntaría: ¿Y tú cómo actúas cuando te sientes amenazada por alguien? ¿Quizás de la misma manera?).

Ejemplo 3: Estás en el trabajo y piensas: “Este petardo que me critica todo el rato ¡me tiene frita el subnormal!” (Y tu sabiduría volvería a la carga: Espera… ¿Y tú nunca le has criticado a él o a otra persona? ¿Qué puede motivar a alguien a criticar? Tener tal vacío en el alma que le lleve a juzgar a otros en lugar de amarlos…)

Ejemplo 4: Estás pensando en esa prima o esa amiga con la que hace mucho que no hablas y piensas: “Es una dejada, siempre pasa de todo y no le importo nada”. (La sabiduría te respondería: ¿Y tú qué estás haciendo? ¿Acaso no la puedes llamar tú y dejar de exigir que ella lo haga? porque igual que la exiges a ella, también tú puedes hacer el esfuerzo de llamar.)

Moraleja: Se trata de fijarnos primero en nuestros defectos y comprenderlos para así poder comprender los defectos de los otros. Pues si únicamente señalamos los defectos de los demás, esto nos va a impedir verles como “iguales” y como personas valiosas y merecedoras de amor.

El problema es que nos cuesta ver nuestras propias faltas. Las ocultamos hasta el punto de que si alguien se atreve a nombrarnos nuestras faltas, nos defendemos y atacamos a aquel que ose cuestionar nuestra perfección <imaginaria>.

El tamaño del ego de una persona se puede medir en la forma que maneja los errores que cometen los demás.

David Fischman

¿Sabes reconocer tus faltas e imperfecciones?

Que tu madre, tu hijo o tu pareja te venga y te señale tus defectos… no sienta nada bien ¿verdad? Una de las pistas para saber si sigues viviendo tu vida desde el ego es esperar a que llegue ese momento crucial en el que alguien te señala una imperfección tuya (Ej: eres una criticona, un cabezota, un manipulador…) y si tu reacción se asemeja al de la niña del exorcista cuando le echan agua bendita… ¡Oh, oh, tienes Ego!

¿Cuál es el sentido de la vida? Cada uno tiene el suyo, eso seguro… pero sin duda, uno de los sentidos es el de ser mejores personas y mejorar nuestra versión de nosotros mismos ¿Cómo conseguirlo? Si nosotros mismos no somos capaces de ver nuestras faltas, tener la humildad suficiente para permitir que sean otros quien nos ayuden a verlo ¡y a descubrirlo! (incluso aunque nos escueza) porque nuestras acciones tienen sus consecuencias y muchas veces hacemos daño a las personas que nos rodean. Y una vez que lo sabemos, trabajar esa mala conducta para no repetirla.

Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que ha sometido a su EGO para servir a sus hermanos.

Ralph Waldo Emerson

Si te cuesta reconocer tus propios errores puede ser debido a dos cosas: Una de ellas puede ser que cuando eras pequeño o pequeña has recibido un castigo severo por cada error cometido y eso te ha condicionado tanto que ahora cuando cometes una falta, culpabilizas a otro pero nunca pones el foco en ti. Y la otra causa puede ser porque consideres reconocer tus faltas como algo humillante ¡para nada!

No es malo equivocarse… lo malo es no saber reconocerlo

Frase de internet

Quiero finalizar este artículo con una frase que para mi, dice una verdad verdadera. A ver que te parece:

Parada para reflexionar: ¿Cuáles son tus defectos? (Enuméralos). Pregunta a tus amistades y seres queridos que te digan 3 defectos tuyos (escríbelos) y mira a ver si son los mismos o descubres que tienes otros nuevos y no te habías dado cuenta.

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