¿Cómo te llevas contigo misma?

Gracias a haber visto un video de Silvia Congost, me ha inspirado para escribir este segundo artículo:
¿Cómo es la relación que mantienes contigo mism@? ¿Cómo te llevas contigo mism@?
¿Te soportas, te gustas, te aceptas, te admiras, te respetas… o te rechazas? ¿Cómo te hablas a ti misma? ¿Cómo te tratas a ti misma? ¿Te tratas bien o te juzgas constantemente? ¿Qué permites que te hagan? ¿Qué sueltas porque ya no te aporta nada? Llevarse bien con uno mismo es la clave para tener un buen autoestima.
Hubo un momento de mi vida donde no me soportaba, no me gustaba… ¡me odiaba y sentía mucha lástima de mi misma! Con el tiempo aprendí que yo iba a ser la persona que me iba a acompañar a lo largo de toda mi vida y comprendí que lo mejor que podía hacer era llevarme bien hasta el punto de convertirme en mi propia mejor amiga. Tardé unos años pero lo logré. Cambié el modo en el que me hablaba a mi misma (mi voz interior) y lo llené de mucha compasión, de tal manera que siempre que me sucedía algo, en lugar de criticarme, maltratarme o fustigarme… me hablaba con amor y respeto… eso cambió el curso de mi vida pues comencé a amarme. Y únicamente cuando te amas a ti misma es cuando de verdad puedes amar a los demás.
¿Por qué te tratas en la manera en qué lo haces? ¿Por qué eres la persona que eres hoy?
Viene de la manera en que has percibido el mundo desde que tenias uso de razón (e incluso de antes): La relación que has tenido con tus padres y tus hermanos. Todo lo que has visto en casa y fuera de casa: las experiencias que has tenido con tus compañeros de colegio, instituto, tus amistades, compañeros de trabajo, tus relaciones de pareja, las emociones que sentiste, los juicios que creaste en tu mente… Eres la persona que eres porque todo lo que has vivido te ha configurado en la persona que eres a día de hoy.
La teoría del apego
Desde luego que lo que hemos vivido en la infancia desde los 3 años hasta los 7 nos ha marcado y nos condiciona nuestra vida hasta que somos capaces de ser conscientes de ello. John Bowlby fue un psicólogo que estudió a fondo la teoría del apego que tienen los niños con los padres para explicar los problemas de comportamiento. Existen tres tipos de apego:
Apego seguro: Cuando nuestros padres nos dan seguridad y protección. No nos juzgan, se resuelven los problemas a través del amor. Hay buena comunicación. Las necesidades del niño son escuchadas. El niño crece con una sensación de confianza en el mismo y en las personas.
Apego ansioso: El niño siente que cuando necesita de sus padres, a veces están o no están. Son esos niños que gritan, lloran, que no los puedes calmar, están nerviosos…
Apego evitativo: El cuidador no está nunca. El niño piensa: “mejor me porto bien y no doy problemas”. No quiere llamar la atención.
El niño ve en sus padres a héroes o dioses, figuras a seguir. Aquí existe un gran problema y es cuando el padre o madre abusa del niño, le maltrata o le daña psicológicamente, eso genera un trauma en el cerebro del niño y luego estos acaban haciendo lo mismo: ningunean, maltratan y abusan de los demás o quedan dañados de forma irreparable.
La verdad es que en función de cómo me hayan mirado y tratado mis padres, así es como me voy a a mirar a mi misma y como me voy a relacionar con los demás.
Preguntas para reflexionar:
¿Merezco ser querida? ¿Siento que merezco ser amada por los demás?
Las personas que tienen heridas sienten que no son merecedoras de amor y si alguien les da una migaja de amor…corren a por ello y permiten todo tipo de abusos y malos tratos.
¿Los demás son buenos o malos? ¿Qué puedo esperar de ellos?
Ese mismo juicio de no merecimiento te hace ver la vida desde la desconfianza. Así consideras que las personas son malas, que te van a fallar, que vienen a aprovecharse de ti…
¿El mundo es un lugar seguro o hostil? ¿Sientes que la vida es dura o que la vida es una oportunidad para crecer, para vivir… ?
Al final se trata de ver qué visión de la vida me beneficia más. Desde luego que yo he experimentado la visión de la desconfianza y no es nada agradable, sobre todo porque te hace sentir mal y porque ciertamente atraes a tu vida eso que crees… En cambio, cuando comienzas a confiar en la vida, en las personas, en la nueva pareja que vas a conocer… eso solo puede significar una cosa: Estás confiando en ti misma y la vida te lo va a demostrar.