El foco determina tu realidad

En una ocasión, estando en clase de mi profesor Alejandro, este comenzó la clase anunciando el siguiente título: Más importante de lo que nos pasa son <las actitudes> que tomamos ante lo que nos pasa. La primera vez que lo escuché sonaba a un verdadero juego de palabras… Para que lo entendiéramos mejor, el profesor nos contó la historia de la catedral y los tres trabajadores:
Allá en el siglo XV, dieron comienzo las obras para la construcción de una grandiosa catedral. Los obreros trabajaban, arduamente, día tras día, en la costosa edificación. Un día, un viandante pasó por allí y se paró a ver las obras. El día era caluroso y soleado y los obreros trabajaban sudorosos y extenuados. El viajero se acercó a un trabajador que maldecía en alto a la vez que levantaba una gran piedra.
- ¿Qué está haciendo, señor? – le preguntó el viajero.
- Pues ya lo ve, levantando esta enorme piedra. Con este sol abrasador, todo se hace insoportable. Esto no hay quien lo aguante. Si no es el sol, es la lluvia o el frío. Maldito el día en que me contrataron – se quejaba el obrero lleno de rabia.
El viajero vio que a pocos metros había otro trabajador realizando la misma tarea. Se acercó a él y le preguntó lo mismo:
- ¿Qué hace usted? – le preguntó
- Pues levantando esta piedra para construir el muro. Es un trabajo muy agotador, no hay remedio, tengo que alimentar a mi mujer y mis hijos. – lo contaba mientras se le humedecían los ojos.
Finalmente el viajero observó a otro trabajador que también levantaba piedras para construir ese muro. Se acercó a él y le preguntó por tercera vez: “¿Qué está haciendo usted?” Y el obrero, alegre y sonriente le contestó: “Estoy construyendo una catedral” – mirándole con cara de entusiasmo.
¿Te has dado cuenta como ante un mismo hecho (levantar piedras para construir un muro) cada trabajador reaccionó de una manera diferente? ¿Cómo incluso una de las actitudes es más favorecedora que las demás? ¿Por qué cada trabajador mostraba <una actitud> diferente?
Todos miramos lo mismo pero “no vemos” lo mismo – contestó el profesor. A unos les afectan unas cosas que a otros no les afectan como bien expresó el psicólogo Milton Erickson:
No es <lo que nos pasa> lo que nos afecta, nos afecta la forma en la que respondemos a <lo que nos pasa>.
Milton Erickson
Cada individuo tiene una manera de ver e interpretar la vida que viene de su historia, de sus experiencias, de los juicios que haya adquirido, de sus emociones… y todo ello conforma <las gafas a través de las cuales ve y responde a la vida>. Eso hará que te fijes en unas cosas que otros no se fijen y que reacciones de una manera diferente a la de otro.
Por ejemplo, estoy segura de que tienes algún grupo de Whatsapp y te habrás encontrando en algún momento con esa situación en la que justo cuando tú escribes algo, nadie te responde. Si te sucede esto ¿Qué actitud tienes? ¿Cómo reaccionas? Algunas personas lo verán desde la herida de rechazo: “No les importa lo que yo escribo”, “No me consideran”, “No les intereso” generándoles tristeza o rabia mientras que otras personas no le darán importancia reflejando quererse a si mismas y manteniendo la calma y la paz interior: “Qué extraño que no respondan… ya lo leerán.”
Lo interesante de esto es que en función de lo que yo interpreto de la realidad, construyo mi vida. Qué diferente es vivir la vida desde el rechazo <a ti misma> poniendo constantemente tu atención en cada gesto, mala palabra y mala reacción del otro, pensando que es por <culpa tuya> porque no le gusta como eres o lo que haces, a vivir la vida desde el amor que sientes por ti misma pasando del qué pensarán y dirán los demás y centrándote en ser feliz y disfrutar de la vida.
Otro ejemplo sería el caso de dos hermanos que cuando eran pequeños el padre les pegó varias bofetadas. Ese es el hecho. Un hecho que ya pasó y que no podemos cambiar. Si le preguntamos a uno de los hermanos: ¿Qué siente a día de hoy? te dice: “Mi padre era muy agresivo, me pegó, no me quiso nunca.” En cambio, si se lo preguntamos al otro hermano, este responde: “Gracias a las dos bofetadas que me dio mi padre, yo soy la persona que soy hoy”. De nuevo, ante un mismo hecho, hay diferentes interpretaciones. Dependiendo de cómo lo interprete, así viviré mi vida. Posiblemente el primer hermano viva su vida desde el resentimiento hacia su padre y viva una vida en la amargura de no haberse sentido querido mientras que el segundo se siente orgulloso de su padre y de sí mismo. Aquí es importante saber que un hecho nunca lo podemos cambiar pero si podemos cambiar la interpretación de lo que ocurrió y eso te puede llegar a cambiar la vida. De decir: “Mi padre me pegó y no me quiso” a pensar: “Él hizo todo lo posible y no puedo culparle pues él me dio la misma clase de amor que él recibió de sus padres, pues ellos lo maltrataron desde pequeño y nunca le enseñaron lo que es en verdad el amor“. Pensar de esa manera, desde una mirada llena de <amor>, eso te genera una vida totalmente diferente.
Antes de que sigas leyendo el artículo, quiero que hagas este experimento para comprobar cómo de consciente eres de la atención que le pones a las cosas. Vas a ver a dos equipos pasándose una pelota. Se trata de contabilizar cuántos pases hace el equipo blanco ¡A por ello!
¿Te has dado cuenta de ese “gran detalle”? Al final nuestra mente es <selectiva> y no nos damos cuenta de todo lo que sucede en la realidad, tan solo aquello a lo que prestamos atención. Luego la pregunta que tenemos que hacernos es la siguiente:
¿Dónde estás poniendo tu atención? ¿Dónde pones el foco?

Pues el foco determina tu realidad. Dependiendo de dónde pongas tu atención, desde ahí, actúas. Imagina que hoy hace un día nuboso y una persona exclama: “Parece que va a llover” y otra persona dice: “No hace tanto calor”. Para la persona que dijo que iba a llover, tomó la decisión de quedarse en casa mientras que la otra persona, ver que no hacía tanto calor le impulsó a dar una vuelta por el parque. Entonces desde donde veo la vida, voy actuando.
¿Quién eres? Eres lo que ves, eres aquello en lo que te fijas de la realidad. Eres la actitud que le pones a las cosas que te suceden.
Ivi Garcia
Hay personas que se preguntan: ¿Pero suceden cosas buenas en la vida? ¡Claro que pasan cosas buenas! Lo que pasa que no nos paramos a verlo porque nos centramos en lo negativo. Donde pongas tu atención, ahí aparece “tu” realidad, la tuya propia.
Como conclusión, unas preguntas para hacer una parada y reflexionar: ¿Dónde pones el foco en tu vida? ¿Qué actitud le pones a las cosas que te pasan en la vida? ¿Qué realidad estás viviendo? ¿En qué te fijas: en cuántos amigos tengo o en estoy solo? ¿Acaso te centras en ver lo que te falta? Déjame decirte que si solo prestas atención a lo que te falta en tu vida, estarás creando tu propia desgracia. ¡Será mucho mejor centrarte en disfrutar de lo que tienes!
Te propongo como ejercicio que durante un día tomes consciencia de tus pensamientos (de las cosas que te dices en tu mente) para que compruebes dónde se va tu atención. Incluso te recomendaría que lo escribieras en un folio o un cuaderno ¿A qué cosas le das importancia? ¿Dónde pones el foco en tu vida? ¿Cómo puedes cambiar ese foco?
Hecho | Pensamiento | Actitud |
He escrito un mensaje al grupo de whatsapp y no me responden | No les intereso. No me consideran nunca. | Negativa.De rechazo |
He escrito un mensaje al grupo de Whatsapp y de momento no me han respondido | Estarán ocupados. Me contestarán más tarde | Positiva |
Hace un día nuboso. Se me ha vertido el café en la camiseta. En el gym me he tropezado “y todo el mundo se ha reído de mí”. He cogido atasco. He estado media hora buscando aparcamiento. | Todo me sale mal. Soy un desastre | Negativa |
Esta mañana me he manchado la camiseta. Al salir de casa mi vecina me ha sonreído. Me he tropezado en el gym y me he reído con mis compañeras. En el atasco me he puesto a cantar como si no hubiera un mañana. He tenido la fortuna de encontrar aparcamiento. | Me gusta la vida que llevo | Positiva |
Fíjate lo que decía el escritor ruso León Tolstói allá en el siglo XIX porque mucho tiene que ver con el mensaje que estoy tratando de transmitir con este artículo:

La única manera de reducir el dolor que asocias con las experiencias y acontecimientos que suceden en tu vida es cambiar el modo de percibirlos ¡Cambia de gafas! En próximos artículos te contaré cómo.