Autoestima y Motivación

Gobierna a tu mente o tu mente te gobernará

¿Te has dado cuenta como tu mente, en muchas ocasiones, te habla, te ordena, opina y juzga y eso te genera mucho sufrimiento? ¿Hasta que punto crees todo lo que te dice tu mente? ¿Hasta que punto crees que TÚ eres tu mente?

Cuando tenía veinte años y estaba en el segundo año de universidad, era tal la presión que sentía de aprobar todas las asignaturas (me sentía válida si lo conseguía) más el hecho de que estaba estudiando algo “por obligación” no por que fuera mi vocación … que prácticamente me quedé sin vida. Entré en un bucle de negatividad y mi mente solo se alimentaba de pensamientos llenos de una gran lástima: <¿Por qué a mí? Yo no me merezco esto… ¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Acaso no le importo a nadie?> Y, poco a poco, fui entrando en una gran tristeza que me llevó a pasar por una depresión. Y llegó el día en el que <toqué fondo>, ya no podía caer más profundo, y tomé la decisión de salir del agujero donde me encontraba. De manera casual – Las casualidades o coincidencias no existen – apareció una amistad que al hablar con ella me reveló esta frase tan sabia con la que he comenzado este artículo:

¿Gobiernas a tu mente o tu mente te gobierna a ti? – Me preguntó

Me quedé en shock porque fue la primera vez que tomé consciencia de que me estaba dejando atrapar por mi mente. Claramente mi mente me estaba gobernando y me estaba causando gran malestar. La pregunta que me surgió en ese preciso momento fue: <¿Y cómo gobierno mi mente? ¿Qué puedo hacer para impedir que mi mente domine sobre mi vida?> Y gracias a mi curiosidad y mis ansias de mejorar la calidad de mi vida, logré dar con la respuesta:

Observa tu mente

Sin darme cuenta inicié <el entrenamiento de mi mente>. Al igual que las personas van al gimnasio y hacen diferentes actividades como cardio, elasticidad, pesas… y entrenan con constancia para adquirir un cuerpo saludable ¿Qué crees que hay que hacer para adquirir más salud mental? ¡Entrenar la mente con frecuencia! ¿A qué me refiero con esto? A hacerte cada vez más y más consciente de lo que tu mente (también llamado loro parlante) te dice pues aunque no lo creas, cada pensamiento, cada juicio emitido por la mente, genera una emoción en tu cuerpo y al final eso se convierte en un sentimiento. El esquema y el ejemplo siguiente ayuda mucho a comprenderlo:

Pensamientos
(juicios) —>
Emoción (cuerpo) —>Sentimiento

Un ejemplo: Si yo no paraba de repetirme como un disco rayado: <Soy desafortunada, soy desgraciada, tengo mala suerte, a nadie le intereso, no le importo a nadie, mi vida es una “M”> ¿Cómo crees que estos pensamientos me hacían sentir? No muy bien ¿verdad? Me llenaban de una gran tristeza (emoción) y al final me sentía triste, frustrada, desesperanzada… ¡¡¡Me sentía fatal!!!

La buena noticia es que podremos llegar a “frenar” estos sentimientos de sentirnos mal con nosotros mismos e incluso “cambiar” estos sentimientos por otros que nos hagan sentirnos mucho mejor. (Ya te adelanto que la vida consiste en tratarnos bien a nosotros mismos, en buscar ese <sentirnos bien> en cada instante, en cuidarnos y querernos a cada rato). Al principio vas a comenzar a tomar consciencia de cuando te estás sintiendo mal ¡Y eso es un gran paso! ¿Cuál es el requisito indispensable? ¡Ta chan! ¡Observar tu mente! Bueno, en realidad hay dos vías. Vamos a verlas:

  1. Observar lo que estamos pensando en el preciso instante en el que nos estamos sintiendo MAL: ¿Qué pensamientos tengo? ¿Qué me estoy diciendo? ¿Qué repite tanto mi loro parlante?
  2. Observar cómo está mi cuerpo cuando me estoy sintiendo MAL. Imagínate que estás en tu habitación o en tu trabajo y te empieza a doler el pecho, estás sintiendo ansiedad y te cuesta respirar (vamos a añadir más: comienzas a llorar o tienes un nudo en la garganta). Párate un segundo y toma consciencia: ¿Cómo estoy? (Sé lo más sincera: “No me encuentro bien”, “Me encuentro mal”) ¿Cómo está mi cuerpo? ¿Qué me está pasando? Localiza qué está sucediendo en tu cuerpo porque claramente ¡algo está sucediendo! Cuando lo tengas identificado y consigas decir: Estoy triste, estoy nerviosa, estoy rabiosa, estoy estresada, estoy llena de ira (lo que sea que te ocurra) Entonces vamos al paso 1. Vamos a observar nuestra mente y de nuevo pregúntate: ¿Qué me estoy diciendo? ¿Cuáles son mis pensamientos en este preciso momento?

Conócete a ti mismo – dijo Sócrates

¿Qué estás haciendo cuando observas tu mente? Precisamente lo que ya dijo el filósofo Sócrates allá en la antigua Grecia: Te estás conociendo a ti mismo. Y si no lo consigues ver, espera a ver si las palabras del maestro de yoga y escritor Ramiro Calle te ayudan a comprender:

Para conocerte tienes que observarte pues al igual que cuando quieres conocer un país, un paisaje o a una persona, los observas… Puedes volver hacia ti la atención y observar tu cuerpo, tu mente, tus reacciones emocionales, tus hábitos psíquicos, tus comportamientos, tu modo de relacionarte con los demás. Esta es la autoobservación, te exploras para ir conociendo tu vida interior.

Ramiro Calle

Es increíble que nos apasione conocer tantos sitios del mundo exterior y que nosotros mismos seamos unos grandes desconocidos para nosotros mismos.

Ramiro Calle

Ejercicio: Te voy a mandar un ejercicio altamente efectivo. Yo lo hice en su momento para comenzar a entrenar mi mente ¡Y ya te digo si funcionó! Se trata de que tres veces al día hagas una parada y te preguntes a ti mismo ¿Cómo estás? y observes cómo está tu cuerpo, en qué emoción estás y qué pensamientos tienes. Y rellenes con sinceridad el siguiente cuadro (sin juzgarlo). Yo te he puesto un ejemplo.

HoraHechoPensamientosEmociónSentimientos
17.00Mi familia no me ha esperado para comer el roscón de reyes No me tienen en consideración. No le importo a nadieRabiaFrustración, enfado, tristeza

Comprométete a hacer este entrenamiento con constancia y te sorprenderás de los resultados. Comenzarás a darte cuenta de que efectivamente NO ERES TU MENTE sino que eres un SER que observa a tu mente, un observador y que elige como se quiere sentir. En este ejemplo fíjate que mi mente me decía que “no le importo a nadie”. Cuando no has entrenado tu mente lo suficiente lo que ocurre es que te crees cada cosa que te dice. Si me llega a pasar en este momento de mi vida, hubiera observado ese pensamiento y me hubiera reído y le hubiera respondido: “¿Cómo que no le importo a nadie? Eso no es cierto porque estoy rodeada de gente maravillosa que me quiere, me cuida y me tienen en consideración. Quizás mi familia tuvo tal ansiedad por probar el dulce que no pensaron en mí pero eso no significa que no me consideren”. Y aquí ya te estoy adelantando la siguiente etapa evolutiva: Ser amable y compasivo con uno mismo que ya te contaré en otro artículo.

Espero que te haya gustado. Cualquier duda, ya sabes… ¡Escríbeme!

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies