Autoestima y Motivación

¿Estás viviendo la vida que tú quieres o la vida que los demás quieren para ti?

¿Quién eres? – Parte I

El sistema, el miedo y el EGO

¿Alguna vez te has parado a pensar que vivimos dentro de un “Sistema”? ¿A qué me refiero con éste término? Al lugar donde hemos nacido, hemos crecido y nos hemos condicionado como la persona que somos a día de hoy. “Sistema” es el país donde has nacido, la ciudad o pueblo donde has crecido, la escuela donde estudiaste, los profesores que te formaron, la familia que te ha tocado, los amigos que has tenido y que tienes… En términos generales es la sociedad donde te has desarrollado… Todo eso constituye tu “sistema” que sería muy diferente a si por ejemplo hubieras nacido en China pues tendrías otras ideologías, otra manera de comportarte y al final serías una persona completamente diferente.

¿Qué sucede en el Sistema? (Y aquí viene la parte curiosa) Que estamos sometidos por el MIEDO. Desde que nacemos, este sistema tiene unas expectativas puestas en nosotros de cómo “deberíamos ser” o “tendríamos que ser” para encajar en aquello que se considera como <normal> (el estándar social): “Tienes que aprobar todas las asignaturas”, “Deberías estudiar una carrera y tener dos masters”, “Deberías casarte y comprarte una casa”… ¿Qué ocurre con estas expectativas que se proyectan sobre nosotros? Que nos pasamos la vida tratando de estar a la altura de lo que se espera de nosotros porque sabemos que si lo cumplimos, nos sentimos aceptados y queridos. Esto tiene dos grandes inconvenientes: Uno de ellos es que generamos nuestra personalidad en torno al EGO, es decir, que nos pasamos la vida “aparentando” ser una persona que en verdad no somos y nos creamos un personaje (el gracioso, el intelectual, el fuerte, el seductor, la salvadora…) por ese miedo a ser rechazados, a que no nos quieran, a que no nos acepten… Este camino es muy agotador. Otro inconveniente es el hecho de que actuando de esta manera, claramente perdemos nuestra <esencia>, abandonamos nuestras ilusiones, sueños y talentos y nos convertimos en la persona que los demás quieren que seamos pero que, en verdad, no somos.

Me arriesgaría a decir que a la gran mayoría de las personas nos sucede esto mismo, que ya desde que somos pequeños, nuestros padres, los profesores, nuestras amistades tienen unas expectativas puestas en nosotros de cómo “deberíamos ser”. Si de niño eras más bien travieso… “Este niño debería ser más relajado”. Si eras una niña buena… “Debería ser menos inocente”. En la escuela nos decían… “Debería aprobar todas las asignaturas”. Si estabas (o estás) más ocioso… “Debería estar trabajando o haciendo algo”. Si hacías muchas tonterías… “Debería ser más inteligente, como su hermana” ¡E incluso nos comparaban en esa necesidad de cumplir con el estándar social! (No sirve de nada culpar cómo hemos sido educados pues nuestros padres y tutores lo han hecho lo mejor que han sabido y que han podido). ¡Esto generaba y sigue generando una tremenda angustia! Parece como si “nada” nunca fuera suficiente, como si tú nunca fueras suficiente tal cual eres… y para colmo, en esa comparación, dejaste de poner el foco en ti para ponerlo en las otras personas con quienes te comparaban. Como decía mi profesor:

Querer tratar de ser otra persona es una traición a uno mismo.

Alejandro (mi maestro)

La escuela también ha hecho mella y es que se ha tratado a los alumnos como si todos tuvieran las mismas habilidades y se nos ha exigido que todos “quepamos en el mismo molde” cuando la realidad es que cada uno tiene sus propios talentos y cualidades que lo diferencian del resto. Aún recuerdo en el colegio, a mi compañera de comprensión más gordita tratando de saltar al potro y sintiéndose humillada cuando no lo lograba y el resto de compañeros se reía de ella. Lo mismo ocurre en el caso de aquellos que tienen una predisposición hacia el arte (la pintura por ejemplo) más que a la lógica o las matemáticas. ¡Pero qué manía con querer que seamos iguales! ¡Somos diferentes y en nuestra diferencia está nuestra virtud!. La siguiente foto que te muestro hace referencia a esto que te cuento:

Se produce así una disyuntiva entre la persona que “soy” a día de hoy (bajo el influjo de nuestro Sistema) y la persona que en verdad “quiero ser“. La pregunta que surge con fuerza desde lo más profundo de nosotros es ¿Quién soy? pues necesitamos recuperar nuestra identidad, necesitamos conocer y saber quiénes somos realmente más allá de las apariencias, de los “personajes” que hemos adoptado en nuestra vida por querer encajar en esa normalidad y que nos llena de tanto dolor. ¿Por qué necesitamos responder a esta pregunta? La respuesta es muy sencilla. Porque si de verdad quieres ser FELIZ no hay nada como conocerse, aceptarse y quererse a uno mismo viviendo desde la coherencia y desde la autenticidad.

El alma y el amor

A mi me ocurrió esto exactamente. Llegaba mi momento de elegir una carrera que estudiar y no tenía interés en ir a la universidad pues no tenía ninguna vocación. Opté por estudiar la carrera de empresariales por agradar a mi familia no porque realmente quisiera llegar a convertirme en una gran empresaria. Esa decisión me llevó a sentir la mayor tristeza en mi vida – mi depresión – De algún modo estaba manifestando internamente que estaba perdiendo mi vida por vivir la vida que otros querían para mí en lugar de la vida que yo realmente quería. Sentía fuertemente que “algo iba mal” y que “nada tenía sentido” como si mi voz interior se abriera paso dentro de mí y me dijera “Esta no soy yo ¿Quién soy?” como una llamada a iniciar esa búsqueda de mi esencia más allá de la persona que “debería ser”. Una llamada a iniciar el viaje al autoconocimiento. Por eso el filósofo Sócrates ya nos advertía de la importancia que tenía el conocerse a uno mismo. ¿Y cómo se hace este viaje? – te preguntarás. Pues simple y llanamente dejando de mirar hacia fuera y llevando nuestra mirada hacia adentro. Dejando de buscar tu felicidad en las cosas externas: en tu pareja, en tu trabajo, en irte de compras, en un viaje, en tus hijos, etc, dejando de preocuparnos por lo que otros puedan pensar de nosotros y, como propone Osho, evitando a esas personas que tratan de decidir por nosotros porque tú eres el artífice de tu vida y, por lo tanto, eres tú el que decide lo que quieres para tu vida.

En el proceso de elegir la vida que quieres, nace tu ALMA.

Osho

¿Cuáles son mis sueños, ilusiones y talentos? ¿Qué es lo que me apasiona en la vida? ¿Qué es lo que yo quiero en mi vida? ¿Cómo podría vivir una vida más feliz todavía? Todas estas preguntas están relacionadas con el ALMA. Si la emoción predominante del sistema era el miedo, en este caso, cuando hablamos de conectar con nosotros mismos, la emoción básica es la emoción del amor en cuanto al amor hacia uno mismo que nada tiene que ver con el narcisismo o el egoísmo. Cuando una persona se cuida, se quiere, se valora, se prioriza, se habla y se trata bien a si misma… es cuando puede empezar a querer a los demás.

Ama a los demás como te amas a ti mismo

Jesucristo

Hay personas que no se quieren a sí mismas y se dedican a querer a los demás porque tienen una gran carencia de amor y una gran necesidad de sentirse queridos y buscan constantemente cubrir esa necesidad y al final se dan cuenta ¡de que nadie les quiere! ¡Cuidado! Se trata de empezar a aprender a querernos a nosotros mismos…

Como conclusión y como resumen de este artículo… para responder a la pregunta ¿Quién soy? es necesario dejar atrás el ego, el miedo y la mente que forman parte del sistema y ponernos rumbo hacia nuestra alma a través del amor que sentimos por nosotros mismos y que después revertimos en los demás porque… ¡tenemos mucho amor que dar y nos sobra! Este encuentro con uno mismo se conoce espiritualmente como “la vuelta a casa” pero no tenemos que olvidarnos del Sistema pues es el lugar donde se desenvuelve nuestra vida. Una vez que sé quién soy y dónde quiero ir, volveremos al Sistema para desarrollar aquello que hemos venido a desempeñar: “nuestra misión de vida”, también conocido como “El proyecto de vida” que es justo la vida que quiero vivir, no la que otros quieren que yo viva.

En próximos artículos… ¿Cómo saber quién soy? ¿Cómo aprender a querernos? ¡Y más!

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