Qué es amarse a uno mismo

¿Alguna vez te has preguntado por qué aguantamos un grito, faltas de respeto, malos tratos, mentiras, manipulación, incluso cuernos? La respuesta es sencilla: Por que tenemos MIEDO, miedo de poner nuestros límites y perder a esa persona que etiquetamos de “especial” (habría que analizar con detalle esto de especial), miedo de quedarnos solos y miedo de no sentirnos amados.
¿Ves? El miedo nos atrapa y nos hace perder la razón, como también nos hace perder nuestra dignidad. Nos convertimos en ese bebe indefenso que fuimos y que soporta cualquier tipo de trato con tal de no quedarse solo y sentirse amado.
Pero no te estás dando cuenta de algo importante: Aquello que aceptas del otro es el trato que te estás dando a ti mismo. Aquello que permites que te hagan, te lo estás haciendo a ti mismo/a. Así de simple. Si tú nunca mientes, manipulas, faltas el respeto, gritas y no se la pegas a tu pareja con otro/a, entonces ¿por qué permites que te lo hagan a ti?
Muchas veces cuando sentimos que alguien nos “ve”, esto es, cuando conocemos a esa persona o pareja que parece que nos escucha, que se interesa por nosotros, con la que compartimos una intimidad, que “aparentemente” nos quiere, donde surge como una conexión mutua, nos enamoramos y nos cegamos tanto que dejamos de ver la realidad y vivimos de la ilusión de “al fin ser correspondidos/as y amados/as”.
¿Pero no te estás dando cuenta de que cuando coge su móvil se esconde en el baño o gira la pantalla delante tuya para que no veas ni leas sus mensajes? ¡Te está ocultando algo! Pues no lo ves o, más bien, no lo quieres ver. ¿No te das cuenta de que es muy amable con todo el mundo pero contigo descarga toda su rabia y su malestar? ¿Y qué me dices cuando se ríe de ti delante de conocidos, amistades y familiares o cuando te descalifica y te menosprecia? ¿Te mereces ese trato?
¿Cuánto valor tienes? ¿Cuánto vales? Eso es algo que no nos paramos mucho a pensar pero ya la vida se encarga de ponernos a personas a nuestro alrededor que nos hacen cuestionarnos ¿Cuánto nos queremos a nosotros mismos/as? Pues repito: El trato que aceptamos de los demás es el valor que nos damos a nosotros/as mismos/as. Aquello que permitimos que nos hagan refleja el amor que sentimos por nosotros/as.
Ahora te pones a pensar y dirás: “Si él (o ella) me quiere” Y yo te pregunto: ¿De verdad crees que tu pareja te ama o es tu idealización? ¿No será que entre vosotros ha surgido una fuerte dependencia emocional que tú llamas “amor”?¿Puede ser que tú sepas amar a alguien pero todavía no sepas lo que implica amarte a ti mismo? Párate a pensar en ¿A quién quieres más a él/ella o a ti mismo/a? Cuando permites esos malos tratos desde luego que le quieres más a él/ella que a ti ¡ay, ay ay!
¿Qué es amarse a uno mismo?
¿Alguna vez te lo has preguntado? Yo ya empiezo a vislumbrar a qué se refiere. Lejos de lo que nos han enseñado en nuestro sistema, es algo que primero comienza en uno mismo. Ya lo decía Jesús:

Para entender el concepto de amarse a uno mismo quiero te imagines que eres una botella de agua. Si, te acabo de convertir en una botella de agua. Si no tienes agua dentro de ti ¿Crees que puedes dar agua (amor) a los demás? ¡No! Muy probablemente, viendo y sintiendo la escasez que tienes dentro de ti, andes rogando agua a los demás y a eso se llama “mendigar amor”. En cambio cuando tienes la botella llena de agua, sientes tal abundancia que solo quieres compartirla y darla a todo el mundo ¡Y ya ni te cuento si te conviertes en un manantial que desborda agua por dondequiera! Eso te hace no depender de nadie para ser amado, pues tú ya eres completo y suficiente tal cual eres. Tienes tu botella llena sin necesidad de que te la llenen ¡Sin caer en apegos!
Amarse a una misma se trata, por tanto, de aprender a estar solos/as para no caer en la necesidad de que nos amen de cualquier forma (incluyendo malos tratos), esto es, se trata de ser independientes. Como decía el antiguo refrán: “Mejor solos que mal acompañados”. Y es que hay un momento en tu vida donde tienes que analizar lo que sientes por esa persona y luego lo que en verdad te mereces. Te mereces a alguien mejor y lo sabes.
Dentro de la relación, implica tener nuestros espacios para no pasarnos el día pegados a nuestra pareja ¡Hay más vida más allá de la pareja! En el libro Aunque tenga miedo, hágalo igual, la autora Susan Jeffers pone un ejemplo que habla precisamente de esto y se entiende muy bien:
Imagínate que tu vida lo plasmamos en un folio Din a4 y resulta que estás hiper enamorada de tu hombre y no paras de decir que él es “el sentido de tu vida”, es decir, que priorizas tu relación en tu vida. De esta manera, tu vida quedaría reducida de la siguiente manera:

Ahora sucede algo trágico y es que desafortunadamente hay una ruptura entre vosotros, entonces ya tu vida pasaría al siguiente panorama:

Tu vida se ha vuelto una hoja en blanco. Muchas veces pasa que cuando te deja la pareja, sientes un gran vacío interior porque no has cultivado nada más. Aquí puedes llegar a caer incluso en una gran depresión al sentir que no hay nada más y que ya nada tiene sentido.
¿Cuál es lo más sensato y saludable? El cuadro siguiente:

Darnos cuenta de que nuestra pareja es importante para nosotros pero NO LO ES TODO porque hay más cosas en tu vida que también te llenan: tus amistades, tu familia, ir al gimnasio, el tiempo que pasas a solas en el parque o cocinando, los libros o las charlas a las que asistes, tus clases de baile…
En resumen lo que viene a decir es que es sumamente importante hacerte cargo de lograr a cada rato tu propia felicidad y no depender que tu pareja te la proporcione, es altamente saludable y nos lleva a una relación exitosa y madura. ¡Esto es quererte y no abandonarte!
Amarse a una misma es aceptarte y quererte, sabiendo el valor que tienes. Se trata de convertirte en tu mejor amiga/o y estar orgullosa de la persona que eres. De tal manera que si estás sola, puedes disfrutar con tu propia compañía pues tú eres suficiente tal cual eres ¡Eres un ser completo!.
Es hacerte respetar allá donde vayas y no dejándote vitorear por tu pareja ni por nadie. Mantener en mente el mantra siguiente: Si tú no me tratas bien (como yo me merezco) ¡que te den! ¡Yo si me quiero!. Alejarse de una pareja, unos amigos o un jefe cabrón, es curarse en salud mental.
Amarse a una misma ¡es merecerte!
Para finalizar este artículo, una parada para reflexionar: ¿Sabes amarte a ti misma? ¿Te quieres? ¿Eres tu mejor amigo/a? ¿Sabes estar solo/a? ¿Sabes es valor que tienes? ¿Sabes lo que te mereces?